El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la Huaylía de Chumbivilcas, Cusco, por ser éste un género de música y danza resultado de una serie de procesos de mestizaje, que se ha convertido en el marco musical de importantes fechas del calendario festivo y de prácticas rituales en la zona, principalmente durante la celebración de la Navidad.

La resolución se refiere exclusivamente a la expresión musical y de danza conocido como Huaylía de Chumbivilcas y no se extiende a los elementos que vulneren los derechos fundamentales de las personas ni que contengan actos de crueldad y sacrificio de animales.

La huaylía es un género de música y danza que tiene presencia en diferentes provincias de las regiones de Apurímac, Ayacucho, Cusco, Huancavelica y Junín, mostrando particularidades y elementos distintivos en cada uno de estos lugares. No obstante, es recurrente encontrarla vinculada a contextos festivos en los Andes.

En el Cusco, la huaylía se hace presente en la provincia de Chumbivilcas y sus diferentes distritos, particularmente en el de Santo Tomás durante la festividad de la Navidad entre el 24 y el 26 de diciembre, acompañando la celebración de las dos imágenes del Niño Jesús correspondientes a los dos bandos o barrios del pueblo: Niño Jesús de Belén, conocido simplemente como Belén; y la del Niño de Santo Tomás, también llamado Niño.

Los carguyoq, encargados de organizar la fiesta en cada barrio, contratan conjuntos de huaylías para que acompañen a los participantes y personajes de la celebración durante sus desplazamientos y actividades, como por ejemplo durante el takanakuy, enfrentamiento ritual que funciona como espacio para probar el valor y resolver conflictos.

Pero la práctica de la Huaylía de Chumbivilcas ha trascendido el marco de las festividades navideñas. Destaca, por ejemplo, su representación durante la festividad en honor a la Mamacha Concebida el 08 de diciembre, la celebración de la Mamacha Santa Ana en la comunidad de Ccoyo cada 26 de julio, y las celebraciones por año nuevo en diferentes centros poblados y comunidades de la provincia.

Los conjuntos de huaylía están integrados por músicos, cuya instrumentación es variable, y un grupo de cantoras. El estilo de ejecución considerado más tradicional en la huaylía emplea uno o dos violines como instrumentos melódicos y un arpa como instrumento rítmico.

Si bien este estilo se mantiene dentro de contextos festivos y rituales en comunidades de altura, ya no es tan difundido debido a la incorporación de instrumentos como guitarra, mandolina, bajo electrónico y acordeón.

La música de la huaylía sigue una melodía simple y un patrón rítmico repetitivo. El baile ligado a la huaylía de Chumbivilcas se trata de una forma de danza colectiva, ejecutada libremente por los participantes.

En cuanto a las cantoras, se trata de un grupo de dos o más mujeres jóvenes o de edad adulta, quienes entonan las letras de la huaylía utilizando un registro de voz agudo, rematando cada estrofa con el coro “huaylía hia huaylía huaylía” o variaciones del mismo de acuerdo a la comunidad a la que pertenecen.

Estas cantoras representan a las pastoras de ganado de las zonas de altura, utilizando la vestimenta tradicional chumbivilcana que incluye polleras, chaleco y sombrero con abundantes bordados florales, así como botas de cuero y una manta bordada que cubre los hombros y la espalda.

Cabe precisar que la temática de las huaylías varía, acoplándose al momento festivo o ritual en el que se inscribe. De esta manera, sus letras funcionan como una muestra de fe y devoción ante la imagen del Niño Jesús, la Mamacha Concebida o la Mamacha Santa Ana.

Del mismo modo, puede abordar temáticas ligadas a lo romántico y amoroso, la valentía y el honor. Las letras pueden estar tanto en quechua como en castellano, siendo las letras en quechua las más tradicionales.

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