martes, marzo 19

Danza Las Pallas de Huari ya es Patrimonio Cultural de la Nación

El Ministerio de Cultura declaró como Patrimonio Cultural de la Nación a la danza Las Pallas de Huari, del distrito y provincia de Huari, departamento de Ancash, por mostrar un carácter original tanto en su organización como en diversos aspectos de su vestimenta, música y coreografía.

Además por constituir un vehículo de devoción religiosa hacia la Virgen del Rosario o Mama Huarina, a la cual numerosos testimonios atribuyen un carácter milagroso; y por erigirse como un referente de identidad para el distrito, representando al pasado prehispánico a través de los personajes de las pallas, el inca, y el ruku.

La danza

El género de danza conocido como Pallas constituye una de las formas de representación escénica más difundidas y reconocidas de la región andina, en particular en regiones del norte y centro del Perú, apareciendo en distintas festividades cristianas dedicadas a Santa Rosa o a la Virgen María. En ella se representa a las damas de la nobleza indígena, a veces como hijas de los señores locales que presentan sus respetos al Inca, y más usualmente como esposas de este, invocando, guiando y ofreciendo sus respetos al soberano del Cusco y, según la tradición local, a la Virgen o Santo en cuya fiesta es representada la danza.

La danza Las Pallas de Huari, aparece como parte de la festividad de la Virgen del Rosario, patrona de la capital de Huari, conocida popularmente como Mama Huarina, celebrada entre el 30 de setiembre y el 14 de octubre, aunque la danza misma se interpreta en los días centrales de la fiesta el 5, 7 y 8, y el 14 de octubre, fecha de la octava de la Virgen.

La danza es interpretada por una cuadrilla compuesta por un conjunto de personajes: pallas, inca o apu, ruku y pajes. Las pallas representan a jóvenes de la nobleza indígena en su papel de esposas del Inca. Se trata de un grupo de 10 a 12 mujeres, aunque este número ha ido en aumento.

La vestimenta

Las pallas lucen una vestimenta compleja compuesta por una túnica de raso, blanco, rosa o celeste que llega hasta los pies. Sobre esta se llevan dos cinturones gruesos de pana con bordados dorados, uno sobre el busto y otro en la cintura. Debajo del vestido se llevan varios fustanes para darle una forma acampanada, y sobre el vestido un tul semitransparente.

Las mangas son de seda semitransparente, ceñidas en los codos y las muñecas con cintas doradas y con bocamangas de blondas. Sobre la espalda llevan una mantilla o capa de seda, adornada con flecos dorados y sostenida sobre los hombros por sendos espejos o por muñecas de tela.

Sobre la cabeza llevan una monterilla de tela bordada con adornos dorados que se sujeta al cabello con una peineta y dos cintas; para ello el cabello está peinado en dos grandes trenzas recogidas sobre la cabeza. La monterilla está coronada con un gran rodete cubierto con flores de tela de color blanco, rosado y celeste, de cuya parte posterior caen hasta los tobillos dos cintas de los mismos colores.

Asimismo, sobre la frente llevan un llauto o vincha, bordada con hilos de oro y aplicaciones con motivos florales, de la cual pende una cortinilla de hilos dorados con perlas y cuentas que cubre la frente. Lucen pendientes dorados y largos collares de perlas y cuentas. En las manos, cubiertas con guantes blancos, llevan pañuelos. Culmina el atuendo, sobre la capa de seda, una figura colgada de la parte de atrás de la monterilla, que puede ser una muñeca de palla o una wawita, muñeca vestida como recién nacido, envuelta en una faja o wachuco.

Tradicionalmente, el vestido de las pallas tiene un color dominante según el día de la celebración. De blanco el día central, 7 de octubre, de rosado el día siguiente, y de celeste para la octava, el 14, más un color elegido por la capitana para la subida, el 1 de noviembre. La tendencia reciente es usar dos conjuntos, el de los primeros días, de blanco o colores claros, y un segundo para las fechas últimas, de colores vivos.

La coreografía

En el caso de la coreografía esta consta de una serie de movimientos que se suceden disciplinadamente. El primero es la formación de pasacalle o calle gashay, donde las pallas se organizan en dos filas paralelas encabezadas por el inca mientras el ruku, acompañado por los pajes, va delante abriendo camino. En ciertos momentos de su avance se detienen, marcando el paso sobre el mismo lugar, moviendo los pañuelos que portan en las manos, luego girando de izquierda a derecha, poniendo las manos en la cintura y alternando este balanceo rítmico con la entonación de cantos en quechua y castellano.

Pasan así de la formación en dos hileras a formar un círculo alrededor del inca, para luego volver a su formación anterior y continuar con el pasacalle. Cuando se presentan al interior de la iglesia, como parte de su coreografía, la cuadrilla hace reverencias ante la Virgen. En su presentación ante la imagen fuera del templo las pallas bailan de dos en dos, alzando los brazos y retirándose para dar pase a la siguiente pareja, y luego pasan a hacer una rueda como reverencia final.

El canto

Sobre el canto de las pallas es dedicado a la Virgen del Rosario o Mama Huarina. Sus letras, en quechua y castellano, son entonadas con voz aguda, siendo muchas de estas canciones suaves y pausadas, hasta el momento en que se danzan la garpuda y los huaynos, que se asumen con un carácter más dinámico. Al inicio, las pallas tratan de hacer que el inca salga de su lugar original y cantan sus glorias, presentándolo luego a su entrada por la plaza de armas.

Ya en la plaza y durante las procesiones los cantos se dedican a la Virgen, describiendo su belleza y rogando por sus bendiciones

La música

La música de la danza interpretada por un conjunto instrumental compuesto inicialmente por un violín y un arpa, a los que se han sumado un clarinete, una trompeta y un número variable de saxofones. La secuencia de la danza alterna secciones instrumentales para el baile con partes cantadas por el coro a capella.

En las danzas más animadas se combina el canto con el acompañamiento orquestal. Estos conjuntos pueden ser contratados desde otras provincias del callejón de Huaylas, como Huaraz, Ocros o Chiquián, aunque lo más frecuente es que vengan de la provincia de Huari o la ciudad de Lima. Los músicos se presentan uniformados con un mismo traje, elegido por la capitana.

La Resolución Viceministerial Nº 000138-2021-VMPCIC/MC que declara como Patrimonio Cultural de la Nación a la danza Las Pallas de Huari fue publIcado el 12 de junio de 2021 en las Normas Legales del diario oficial El Peruano.

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